Del por qué no te lloro
Realmente podría deprimirme,
enrollarme dentro de mis tripas,
llorarte en mil pedazos,
coleccionar fútiles intentos de autocompasión,
deplorar lo que alguna vez casi fuiste,
acuchillarme con tu olor,
almacenar días y noches
deshidratando cuerpo y alma
con las uñas enterradas en el pavimento
y los labios hinchados de frustraciones,
pero no puedo:
las lágrimas arruinarían el maquillaje
y
además,
no tengo tiempo.
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