Entre el cielo y el infierno está mi casa
En las mañanas, el odio humano roza mi espalda y soy canto en lengua muerta.
El portón negro cuela bocinas y sirenas, mis pies susurran el canto de las aves. De este lado, la belleza incivilizada. Pero, ¿cuándo llegará el fin? Nejapa llora, y yo con ella. El zanate nos recrimina y he aquí, la irrevocable foto.
06.V.X
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