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Bitácora de Martha Cecilia Ruiz

María y José: modelo de crianza sin violencia

María y José: modelo de crianza sin violencia

Por Martha Cecilia Ruiz*

A la edad de doce años Jesús fue con María y José a la fiesta de la Pascua en Jerusalén. El niño se quedó en el templo, sin avisarle a nadie.  Aquellos viajes solían hacerse en caravanas de familiares y vecinos, y el relato bíblico refiere que José y María cuando notaron que el niño no iba con ellos lo buscaron por un día entero en medio de la compañía y como no lo hallaron regresaron a Jerusalén para continuar la búsqueda.

“Y aconteció que tres días después le hallaron en el templo, sentado en medio de los doctores de la ley, oyéndoles y preguntándoles.  Y todos los que le oían, se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas”, cuenta el segundo capítulo del evangelio de Lucas.

“Cuando le vieron, se sorprendieron; y le dijo su madre: Hijo, ¿por qué nos has hecho así? He aquí, tu padre y yo te hemos buscado con angustia. Entonces él les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar? Mas ellos no entendieron las palabras que les habló”. (Lc. 2: 48-50)

 La escena nos revela la sabiduría y los intereses del niño, pero también nos presenta un modelo de maternidad y paternidad responsable y respetuosa de la dignidad del niño.

María y José actúan de manera coordinada en la búsqueda de  Jesús y cuando lo encuentran, le manifiestan su preocupación, sin faja y sin gritos a pesar de la gravedad del asunto, recordemos que llevaba tres días perdido y para remate, la explicación que les da resulta incomprensible.

El mismo relato dice que Jesús regresó con ellos y que estaba “sujeto  a ellos”, es decir que en el respeto y la comprensión pudieron criar al niño con disciplina.

Más de dos mil año después, es probable que en Nicaragua una escena como esta termine con la humillación pública del niño, con una fajeada o con ambas cosas. Lamentablemente para muchos padres y madres la agresión física sigue siendo la respuesta más rápida a todos los problemas de disciplina de niños, niñas y adolescentes.

Y cuando no se entiende al niño y sus razones,  que se le etiqueta como “hiperactivo”, se le señala como necio o bruto y hay quienes llegan a estigmatizarlos, en lugar de respetar su dignidad como un ser humano, único, valioso e irrepetible.

Tomemos pues el ejemplo bíblico, con el modelo de crianza de amor y respeto como el mostrado por María para que también podamos decir de nuestros hijos e hijas… y crecieron en sabiduría, en estatura y en gracia para con Dios y la sociedad.

*Escritora y periodista nicaragüense

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